TRIGUEIRINHO
– Devoción por la vida, pero sin apegos (Parte 1 de 2)
- TRIGUEIRINHO - Devoção pela vida, mas sem apego –
(Mins. 00:00 a
23:20)
"La
devoción es la tendencia a evolucionar, muy presente en el impulso original de
los niños. Durante la vida estamos teniendo experiencias con la devoción que
incluyen hasta decepción. La prueba es mantenernos fieles a lo desconocido,
pero sin el apego."
Lo que llamamos de “devoción” es aquella
voluntad persistente de ampliar la propia conciencia, aquel impulso para
evolucionar, y esto es devoción, queriendo emerger, y está claro que emergiendo
ella tiene que ser comprendida, controlada, para que no se transforme en
fanatismo y otras dolencias. Mas todos los devotos están íntimamente
preparados, para asumir un proceso evolutivo, que si son seres vivos y
dispuestos a progresar, entonces este 6º Rayo, esta devoción, encuentra en
ellos un terreno muy propicio, para producir un alineamiento con los planos
superiores.
Entonces, esta energía de devoción, que todos
nosotros tenemos, como grupo de 6º Rayo que formamos, esto es una gran
oportunidad de hacer un verdadero alineamiento, no sólo un alineamiento con los
cuerpos de la personalidad, sino también un alineamiento con el alma y un
alineamiento con la mónada (espíritu). Esta energía de devoción, es una de las
que más se presta, y una de las que más ayuda, en este trabajo.
Entonces, la tendencia a evolucionar, la
tendencia a buscar lo mejor, es esto la devoción en el propio Ser. Es en esto a
lo que nos tenemos que pegar para que evolucionemos. Este impulso existe. En la
infancia, si ustedes notaron, los niños usan esto, y los niños demuestran esta
tendencia a la evolución muy bien pronunciada. Mas esta devoción en los niños,
esto es, esta voluntad de crecer, esta voluntad de vivir, esta voluntad de
evolucionar, esta voluntad de saber, esto es distorsionado con la educación que
ellos reciben, porque la educación las estandariza en cosas horizontales, la
educación luego va distorsionando esta devoción original, este impulso a
evolucionar, este impulso a ser lo que tienen que ser. Entonces, la educación,
comenzando por la educación doméstica, después continuando en la escuela, va a
ir estandarizando aquello que la devoción expresa, y va encuadrando aquello en
devoción religiosa de masas, va encuadrando aquello en interés por la vida
material, va despertando en el niño la carrera que él tiene que seguir en la
vida… en fin, la devoción es sofocada en el individuo desde pequeño.
En cuanto la devoción impele a un niño a
buscar niveles más altos, y no todos perciben esto, no todos notan que un niño
está queriendo crecer, que un niño está queriendo evolucionar. Entonces,
mientras él quiere esto, la educación le va conduciendo por el nivel de todos,
le va conduciendo para niveles horizontales de lucha por la supervivencia.
Entonces va corrompiéndose aquel ímpetu creativo, aquel ímpetu evolutivo, con
la preocupación de sobrevivir, con la preocupación de ser alguna cosa…
naturalmente, según la educación, a los modos del mundo, a los modos generales.
Y ahí la devoción es sofocada en el individuo y cuando él llega a la
adolescencia, él ya no está más consciente de la devoción que tiene. Y esto
crea en el individuo varios conflictos, porque el individuo, interno, está
sabiendo que su devoción, que su tendencia natural, está siendo desvirtuada.
Esto es, aquel ímpetu devocional, aquel ímpetu evolutivo, es degenerado en una
idea de supervivencia, en una idea de ser útil, en una idea de… participar de
aquello que todos participan, y así por delante. Y claro, cuando se llega a la
escuela, esto todo es confirmado, la devoción ya está embotada, a no ser que se
sustituya ese ímpetu original y puro, por la devoción por alguna secta
religiosa, o devoción por algún título, o por algún personaje, cosa que se hace
muy naturalmente.
Cuando se tiene un ideal, lo más importante
no es concretizarlo… porque yo no sé si la mayoría de nosotros concretiza sus
ideales, y esto no tiene importancia, porque concretizar los ideales no es la
cosa más importante, lo importante es canalizar aquella energía de devoción que
alimenta al ideal. Entonces, la devoción trae esos ideales, esos ideales
aparecen, y esto es lo importante, que el ideal aparezca, porque ahí las
energías del Ser van siendo por la energía de la devoción canalizadas para el
nivel más alto del Ser, y esto es lo importante en el ideal, no es realizarlo…
realizar el ideal es cosa para poquísimos, porque no es necesario esto. Cuando
usted realiza un ideal usted ya quiere otro, o cuando usted realiza un ideal
usted está ya en otro punto, y aquello para usted no representa casi nada. Las
personas mitifican los ideales porque no se realizan, pero si los realizasen
verían que después de realizado él ya quiere otro, ¿comprende?
Entonces, los ideales, ese ideal de
evolucionar, ese ideal de crecer, que el alma joven tiene, que el alma del niño
tiene, esto ya vimos que es reprimido, o que está distorsionado, mas eso no
importa, porque el trabajo de la energía de devoción ya fue hecho. A través de
aquel ideal, las energías del niño ya subieron, la conciencia del niño ya fue
tocada por esta energía de la devoción, por esta energía del progreso.
Cuando nosotros tomamos conciencia de eso,
esto es, cuando no somos más niños en las manos de los adultos, y que van
deformando a estos niños gradualmente… cuando nos tornamos más conscientes de
nosotros mismos, entonces tenemos que asumir esta devoción. Si no nos olvidamos
completamente de ella, si no la apagaron completamente de nuestra memoria esto,
nosotros intentamos asumir esta devoción después que estamos en una cierta
edad, con una cierta postura. ¿Cómo es que nosotros retomamos esto? ¿Cómo es
que nosotros volvemos a sentir aquel ímpetu? Pero no ímpetu para hacer carrera
o ímpetu para hacer vida como todo el mundo hace. ¿Cómo es que nosotros vamos a
retomar este ímpetu, este ímpetu original de realmente crecer en conciencia? Y
no crecer materialmente, o crecer psicológicamente… crecer en conciencia. ¿Cómo
es que nosotros vamos a encontrar este ímpetu? ¿Qué es lo que tenemos que hacer
para que esto vuelva a encender en nosotros y volvernos de nuevo devotos,
después de haber transcurrido una adolescencia, y después de haber llegado
eventualmente a la madurez?
Bien. Esto reasciende, esto retorna, esto
queda vivo de nuevo y nosotros sentimos otra vez esta voluntad de evolucionar,
esta voluntad de elevarse, cuando nuestra voluntad por las cosas positivas es
persistente, como adultos que quieren retornan a aquella cualidad de devotos,
que en ellos fue apagada, que en ellos fue desvirtuada. Entonces, como adultos,
nosotros tenemos que entrenar esto en términos de voluntad, de voluntad
persistente, delante de algo que aparentemente es difícil, que aparentemente es
imposible.
Entonces, si existe algo que tenga que ser
hecho, pero que es difícil, entonces, como adultos, nosotros podemos escoger
insistir, y en ese persistir viene una fuerza para que nos conectemos con una
Vida Mayor, y ahí la devoción reasciende, vuelve en el adulto, este ímpetu por
evolucionar, mas ahí con la energía de un plano superior, de un plano elevado…
porque no siempre evolucionar, no siempre progresar en conciencia es hacer lo
que todo el mundo hace, ¿eh? Cuántas veces hacer lo que todo el mundo hace es
una regresión con respecto a la devoción, con respecto a aquel íntimo ímpetu
original que todos traemos cuando somos niños.
En esta tendencia, nosotros como adultos,
tenemos que controlar el fanatismo. Es la primera cosa que comienza a surgir,
cuando usted se reconecta con esta devoción, a través de algún camino… o la
idolatría, la emotividad exacerbada, todo esto aparece en el adulto, si la
devoción es invocada. Entonces, fanatismo, por aquello que él está pasando,
emotividad, por aquello que está sintiendo, por esta vuelta milagrosa de esta
energía elevada, energía que nos da una vida nueva, que hace que eventualmente
seamos curados o parcialmente curados, de la educación que recibimos… entonces,
esta emotividad tiene que ser controlada. Y otra cosa que desvirtúa esta
devoción cuando renace, esta devoción cuando aparece o cuando reaparece, es el
apego a algún objeto de devoción, porque si nosotros tenemos devoción es por
alguna cosa, es por alguna idea, o por alguna persona, por lo que quiera que
sea… y ahí al retomar esta devoción, al reasumir esta devoción, y dejar que ella
ascienda, es preciso que nosotros tengamos todo el cuidado, para no quedarnos
apegados al objeto de aquella devoción.
Entonces, digamos que como adultos, ustedes
tengan sabido, o ustedes tengan percibido, que son devotos de alguna energía, que
son devotos de los Hermanos del Cosmos, que son devotos de alguna civilización
paralela, en fin… un objeto de devoción que nos podemos encontrar o
reencontrar, y ahí la prueba es mantenernos fieles, mantenernos vivos en este
objeto de devoción, teniendo este objeto de devoción en la conciencia, en
nuestra concentración, pero sin apegos a él. Sin apegos a él y esto es una
prueba, para los devotos que se reencontraron en esta energía.
En muchos casos, el progreso es muy ayudado,
cuando nuestro ideal devocional se realiza. En muchos casos nosotros crecemos
cuando nuestro objeto devocional se realiza. Mas en otros casos, es la
desilusión con el objeto de devoción lo que nos va a hacer crecer. Entonces,
durante la vida, nosotros tenemos experiencias con la devoción por alguna cosa,
y en esa experiencia nuestra devoción es confirmada, y el objeto de la devoción
corresponde a lo que nosotros esperábamos y crecemos, mas esto no acontece
siempre así.
Hay casos en que el objeto de nuestra
devoción tiene que fallar, debe fallar para que nosotros crezcamos. ¿Perciben
cómo tienen que aprender a lidiar con la devoción? Porque la devoción ahora
produce una cosa, y ahora produce lo contrario. Mas en ambos casos nosotros
crecemos, si nos mantenemos devotos, esto es, ser devoto no depende haber sido
usted desilusionado por el objeto de su devoción… ser devoto está mucho más
allá de eso, su desilusión va a ser esta vez, en su trayectoria devocional,
esta vez va a ser su oportunidad de crecimiento, porque cada vez que nosotros
nos desilusionamos con el objeto de nuestra devoción, aquello es una
oportunidad que la vida nos dio, para que tengamos como objeto de devoción nada
fuera de nosotros, mas tengamos como objeto de devoción nuestra esencia
interna, nuestro Yo Superior, o nuestra Mónada, nuestra Alma.
Entonces, muchas veces nosotros somos
contentados en nuestras devociones, los objetos de nuestras devociones
corresponden a lo que estamos esperando y esto es bueno. Mas cuando no nos
corresponde o nosotros nos desilusionamos, o mejor, el Ego se desilusiona,
recuerde que la devoción persiste, porque la devoción no tiene nada que ver con
esto, la devoción es un Rayo, la devoción es una energía cósmica, la devoción
es el ímpetu de vivir y de crecer, y esto continúa. Y en continuar esto después
de la desilusión, ahí usted va a encontrar realmente su verdadero y real objeto
de devoción.
Entonces, cuando acontece alguna cosa y usted
se desilusiona en su devoción, no piense que la historia acaba ahí, es ahora
que usted va a comenzar a ser realmente devoto, porque ahora usted se va a
volver para el verdadero punto digno de su devoción, usted se va a volver para
su verdadero centro, va a canalizar su devoción para allá y ahí va a quedar
curado de esta ansia de crecer, de vivir, de evolucionar, va a ser un devoto
puro, un devoto sano y va a ayudar a los otros a ser devotos, porque si usted
es devoto en la correcta dirección, usted va a irradiar para los otros mucha
claridad, mucha luz… porque para quien aún no encontró la devoción, no hace
bien ver a usted devoto para algo externo, no tiene una impresión positiva,
cree que usted es dependiente y claro que esto tiene su función, esto forma
parte de nuestra vida, esto a veces es muy útil, es muy importante en nuestra
evolución… mas para quien ve esto desde fuera y siente en usted un verdadero
devoto, no por los otros o por alguna causa, mas siente en usted un verdadero
devoto, esto es, un ser que se identifica con la propia voluntad de
evolucionar, esto es un devoto verdadero, que está vuelto para adentro
acontezca lo que acontezca él es devoto, él es devoto de esta verdad, de esta
realidad, en fin… él es devoto de aquello que tiene realmente condiciones de
hacerlo crecer, que es su desarrollo interno, su desarrollo interior.
Entonces, la devoción, que no todos conocemos
en algún grado, ella tiene etapas para manifestarse en nosotros. Primero, esta
devoción se manifiesta concentrada en alguna cosa, o en alguna persona, o en
alguna cosa material, o en alguien… ésta es una etapa de los devotos, ésta es una
etapa. Transcurrida esta etapa, que nosotros ya agotamos siendo devotos de
alguien, o siendo devotos de alguna cosa… esta etapa bien madurada, esta etapa
bien realizada… vean, es una cosa muy triste no realizar esta etapa de ser
devoto de alguna cosa o de ser devoto de alguien, por esto es que las
religiones abusan tanto de los santos y de las santas, porque nosotros
precisamos realmente tener esta etapa, precisamos vivir esta etapa, para
después pasar a una segunda, para después nuestra devoción comenzar a
evolucionar.
Y entonces en este caso nuestra devoción se
dirige para una idea, y esta es una devoción ya diferente, no es ya la devoción
por alguna persona ni por alguna cosa, esta es una devoción un poco más madura,
una devoción por alguna idea o por algún ideal, y vean aquí que ya estamos en
la línea de ir encontrando el objeto interior, que no es idea ni es ideal, es
una cosa muy específica y muy real, mas sin pasar usted por esta devoción por
alguna idea, sin madurar usted esta devoción por algún ideal, usted no llega a
esta tercera etapa, que es una crisis… una crisis porque todos esos objetos de
devoción, cuando le llega a usted la hora de entrar en esta tercera etapa, ya
no satisfacen más… por más que usted quiera, usted no consigue más ser devoto
de alguien… por más que usted busque, usted no consigue más ser devoto de una
idea, usted comienza a pensar que perdió los ideales… no, es que su devoción ha
madurado, y entonces ahora usted va a encontrarse en otra etapa a través de
esta crisis, y esta devoción entonces madura en esta otra etapa, no es por éste
ni por aquel, ni por este o aquel ideal, ni por alguna forma, mas es una
devoción por la vida en sí, por la totalidad de la vida, en la cual nada está
excluido. Entonces es una devoción mucho mayor.
Si se entra en esta tercera etapa de la
devoción, si nosotros realmente nos sentimos devotos de la vida, de la vida
como un todo… entonces estamos preparados para irradiar esta energía para quien
quiera que se aproxime a nosotros, mas ahí todos van a recibir nuestra energía
devocional no cuando ella está canalizada por alguna cosa menor, mas nuestra
energía devocional comienza a curar al otro, comienza a alinear al otro,
comienza a dar alimento espiritual, esperanza para el otro… es cuando nuestra
devoción no es más específica por cosas pequeñas, mas cuando nuestra devoción
ya se volvió para la vida en sí, para la vida como un todo… y ahí la vida es
que es objeto de nuestra devoción, esta es una devoción madura.