A los colaboradores de los Núcleos de Figueira
RESIDENTES: UN ASUNTO
ACTUAL
(por Morris Safdié)
Un hombre cansado, encorvado y con profunda
expresión de dolor llegó cierto día al núcleo de Figueira en San Pablo. Le
acompañaba una amiga, pidieron permiso para conocer el lugar y se quedaron unas
horas. Nos enteramos de que tenía cáncer Terminal. Cuando les vimos recorrer el
camino del huerto y del campo de frutales, notamos su gran dificultad para
moverse y su desesperanza con relación a la vida. Quien estaba encargado aquel
día del Núcleo percibió la situación: se dio cuenta de que el hombre necesitaba
armonía para desencarnar en paz. Atendió a los visitantes durante las horas en
que estuvieron allí.
Antes de la puesta del sol se despidieron.
Pocas semanas después, recibimos una carta, enviada por la acompañante a pedido
de él, que decía: “Aquel día, aquellas horas, aquella visita fue el momento que
más me marcó en mi vida. Conseguí encontrar la paz que tanto busqué. Me voy de
este mundo después de haber descubierto una armonía que nunca antes había
vivido”.
Casos como ese son posibles porque los
Núcleos de Figueira constituyen islas de paz en un mundo de excesiva actividad
en todos los niveles humanos: físico, emocional y mental. El tumulto del mundo,
la lucha y la competitividad, ceden lugar a la paz, la armonía y la
cooperación. Quienes frecuentan los Núcleos lo sienten. En el episodio que
describimos fue fundamental la actuación del encargado, una persona madura y
armoniosa, un verdadero guardián del Núcleo. Nada de eso hubiera sucedido sin
su presencia. Es posible que muchos casos semejantes hayan dejado de suceder
por faltar allí una persona estable, capaz de irradiar armonía de una forma
continua y de recibir a los necesitados. El silencio del lugar y la pureza del
plano etérico del ambiente contribuyen a la elevación de los que sufren. Pero
es fundamental que haya personas adecuadas y dispuestas a prestar la debida
asistencia.
Los colaboradores más antiguos dedican sólo
una parte de su tiempo a los Núcleos. Ya se acostumbraron a incluir la vida
común y la búsqueda interior en su trabajo cotidiano personal. Un guardián
residente, si existiese, iría más lejos. Viviría de forma abnegada, pues no
tendría otros intereses ni deseos que no sean donarse para lo que fuera
necesario y conectarse con los niveles superiores de la existencia. Sabría que
no está preparado para esa tarea, pero sí dispuesto a aprender, a ser ayudado,
siempre atento a la orientación interna. Sería consciente de que al permanecer
en armonía se irradia hacia el planeta lo que proviene de ese estado, y así
presta uno de los servicios más importantes en la actualidad. En silencio,
sería un ejemplo para los demás colaboradores y les transmitiría la energía de
la donación incondicional, del desapego, de la búsqueda del Divino en todo
momento.
A los colaboradores y a todos los que están
ligados a los Núcleos les preguntamos: “¿Dónde
están esos guardianes residentes? ¿Quién está dispuesto a donarse
incondicionalmente a esa tarea?”
Sabemos que sin seres integralmente
entregados a los Núcleos, las posibilidades de cura y elevación quedan
limitadas. Y testimonios como: “Confieso que recibí un impacto cuando entré
aquí, como si el mundo allá afuera fuese otro”, podrán ser sólo esporádicos.
¿Dónde están los
que deben sustentar el mundo puertas adentro?
Comunidad FIGUEIRA: Actualizaciones
(Escuchar los 2 audios pinchando en el enlace sobre estas líneas)
"Trigueirinho vive un nuevo momento como maestro y guía espiritual.
La conferencia, "un nuevo paso en la tarea de Trigueirinho y otras
cuestiones," de Frei Artur y madre Shimani esclarece detalles de esa nueva
fase."
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