Trigueirinho - DIOSES
Y VÍBORAS
Los
libros antiguos nos hablan de una batalla que hubo en los cielos. En aquel
momento memorable, las fuerzas que no estaban sintonizadas con el Propósito del
Cosmos fueron barridas de éste y arrojadas a la Tierra para ser disueltas.
Según esta tradición, a la Tierra correspondería transformarlas y
reenderezarlas, tomándolas como parte de su materia. Contrarias a la evolución,
ellas se infiltraron, así, en la raíz de todo" lo que aquí surgió, y se
convirtieron en elemento fundamental en el proceso de purificación del Sistema
Solar. Los hombres terrestres, habitantes del planeta, por tener origen
cósmico, se encuentran desde entonces ante un gran desafío. Las propiedades
privadas que ellos mantienen, la forma como usan el sexo y el dinero, el
continuo ejercicio que hacen del deseo, y la ilusión que tienen al creer que el
plano físico es la principal realidad... todo esto sería, según la antigua
tradición, consecuencia del trabajo de tales fuerzas involutivas.
Pasaron
millones de años desde que la batalla ocurrió, y hoy la Tierra se encuentra en
la situación que vemos. Se sabe que ella puede inclusive llegar a perder el
propio equilibrio en el espacio, considerando las actividades destructivas que
se desarrollan en su superficie física, y las creaciones mentales negativas que
son impuestas a sus planos sutiles por el hombre. Tales formas de pensamiento
ejercen, en esos planos, una acción terrible.
Aunque
tenga, en esencia, la energía divina, y aunque en el nivel cósmico de su
consciencia él sea de una grandeza interior racionalmente inconcebible, el ser
humano, en sus niveles terrestres, está compuesto inclusive por esas fuerzas
que fueran repudiadas por el cosmos en el principio de la manifestación. Por
ese motivo el Cristo, al pasar por la tierra hace dos mil años, llamó al hombre
raza de víboras.
Existe,
pues, según la sabiduría antigua, una razón para que la dualidad se exprese tan
fuertemente en la humanidad: por un lado, ella es divina, pero por el otro es
fuerza contraria a la evolución general. Dentro de esa dualidad, la misma raza
de víboras fue llamada, en otro momento, dioses. "Sois dioses", dijo Él a la multitud que lo estaba escuchando.
Del Libro “ERKS”
de Trigueirinho
Revista “Alturas”
Nº1.
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