WYTHAIKON: Trigueirinho – LEYES PARA EL DESARROLLO INTERIOR (3)

Trigueirinho – LEYES PARA EL DESARROLLO INTERIOR (3)

Ley del Desapego

Otorga maleabilidad a la vida formal; y aumenta su receptividad a la energía anímica.

Por medio de sucesivos desprendimientos de lo que ya fue alcanzado, los seres logran expresar la realidad que les corresponde. Es una de las leyes de la ascesis, pues, para avanzar en esta senda, el hombre nada debe llevar consigo. Sin embargo, son pocos los que pueden vivir libres y desapegados. La mayoría teme estar exento de las cadenas a las cuales se acostumbró. Lo nuevo la asusta, y por eso lo aparta, aunque esté cerca y al alcance de todos.

A medida que se camina en el sendero espiritual, el trabajo del desapego toma connotaciones más profundas y se hace necesario para disolver los vínculos humanos del caminante. La renuncia es propia de las personas buenas y altruistas, pero el desapego es una actitud más profunda. Quien renuncia continúa involucrado con el objeto de la renuncia, mientras que el que se desapega hace como los apóstoles de Jesús que, al ser llamados, dejaron los barcos atrás de ellos. Como dijo un gran santo del pasado: "cortaron el lazo que los sujetaba al barco, y no se distrajeron tratando de desatarlos". Por lo tanto, la ley del desapego evita retrocesos en la evolución de un ser.

Ley de Obediencia

Esta ley adquiere más relevancia a medida que el ser humano alcanza grados de lucidez más elevados. La obediencia, entonces, no implica anulación de la libertad.

Cuando un individuo se entrega al servicio impersonal por amor, también entrega el propio libre albedrío, sin que con esto se sienta impedido o limitado. Sólo así reconoce que la libertad es atraída por el equilibrio perfecto alcanzado con la superación del libre albedrío.

Pocos conocen esta ley en su real acepción, pues la mayoría está habituada a vivir desordenadamente y considera a la obediencia como una restricción. Sin embargo, no se puede trascender el ego sin conocerla y aplicarla. Sin llegar a la intuición, difícilmente se superen las pruebas del camino evolutivo.

Aplicar esta ley no significa ausencia de creatividad. La creatividad se encuentra en la perfección del espíritu, en la conexión con la vida superior y en la obediencia a sus designios, que son expresiones de energías creadoras. Téngase presente que la obediencia es perfeccionada sobre todo por medio de las situaciones que se presentan en la vida material, y que es indispensable para poder ingresar en esferas de existencia más amplias. Quien no la observa no está preparado para actuar en niveles sutiles.

Ley de la Sintonía

Todo lo que ocurre con el individuo es resultado de la sintonía en la que él se mantiene.

Esto significa que una acción puede generar efectos diversos, según el estado energético y la sintonía de quien la ejecuta. Tal hecho, ya conocido por esta humanidad, recibe poca atención por parte de ella. Si la consciencia humana se conecta con energías positivas, el resultado de sus acciones estará impregnado de vibraciones positivas; en caso contrario, atraerá vibraciones negativas, que abarcarán más cuanto mayor sea la interacción con ellas.

Aunque en cada ser existan franjas vibratorias que van desde lo físico concreto hasta lo divino, él se relaciona con el universo en la franja con la cual está sincronizado. Así, cuando fuera desencadenada una acción externa a partir del nivel del alma, el ser llegará a interactuar con el conjunto energético de este nivel. Además, según esta ley, el fruto de una acción es recogido en el mismo plano del impulso que le dio su origen.

Si ella es movida por una energía instintiva, su retorno también tendrá cualidades instintivas.

Usada de un modo correcto, la sintonía es instrumento fundamental para la ayuda al mundo.

Para que el proceso de conflicto en el planeta sea reducido, cada individuo debe eliminar las luchas dentro de sí y basar sus acciones en niveles superiores a los de las dimensiones humanas. El único y verdadero auxilio que se puede dar a un individuo, independientemente de la situación material en la que se encuentre, es facilitar su sintonía con planos más elevados, con el propio núcleo interno de consciencia, con Dios dentro de él mismo. El poder transformador de este acto es inmenso; atrae la Gracia, promueve curas y transformaciones inesperadas.

La ley de la sintonía, en conjunto con otras, determina la trayectoria de los seres en el cosmos.

Vidas manifestadas en un universo son conducidas por Logoi y por Entidades, a través de dimensiones paralelas a las materiales, hacia otros puntos del cosmos que pueden ofrecerles condiciones más adecuadas para la evolución. En lo que se refiere a la superficie de la Tierra, hasta ahora este intercambio ocurrió de un modo velado y, al participar de él, el planeta se beneficio con grandes estímulos. Por otro lado, el hecho de que la Tierra haya subsistido a la inmensa presión de fuerzas involutivas es resultado de un contacto con niveles eternos, basados en esa ley.

Para mantener una sintonía estable con niveles de realidad exentos de la influencia de las fuerzas del caos, es necesaria la fe. La fe pura dinamiza, equilibra y construye un puente entre la consciencia externa y el mundo interior.

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