miércoles, 29 de enero de 2014

Trigueirinho – LEYES PARA EL DESARROLLO INTERIOR (4)


Trigueirinho – LEYES PARA EL DESARROLLO INTERIOR (4)


Ley del propósito único

Para que se realicen obras evolutivas, se necesita claridad de meta y unidad de propósito.

Antes de exteriorizarse, esas obras surgen en los mundos internos mediante el impulso de esta ley.

Es también debido a ella que se produce la consagración del hombre, por medio de su unión con núcleos internos y profundos; para que se consume es necesario que su voluntad esté totalmente dirigida hacia el cumplimiento de la meta de estos núcleos.

Un tenue umbral separa el estado humano del suprahumano, pero no se lo puede cruzar si este no fuese el único propósito del individuo.

En los niveles materiales, las fuerzas conflictivas hacen que las circunstancias retrógradas se opongan a las oportunidades de crecimiento. Es un enfrentamiento que se produce a cada instante y, para liberarse de él, el individuo elige y asume una sola meta, orientada hacia esferas inmateriales - así esta ley colabora con la elevación del ser.

La existencia de un propósito único es, por lo tanto, esencial para la evolución. Débil es la corriente de un río que se divide en innumerables riachos. De manera análoga, cuanto más intereses tiene un ser, menos se dedica a cada uno de ellos. La falta de tenacidad en relación a una meta superior no sólo produce el debilitamiento de la voluntad, sino que también vuelve tibio el carácter. Es necesario no ceder a lo retrogrado para verdaderamente adherir a lo evolutivo.

Estos son puntos claves para el contacto con la ley del propósito único.


Ley de la economía

Determina el camino de menor resistencia para la manifestación del propósito evolutivo. Al orientar su energía hacia la materialización de obras espirituales, sin dispersarla en situaciones o compromisos superfluos, el ser humano cumple la ley de la economía. El reconocimiento y la vivencia de esa ley derivan de la superación del libre albedrío.

La ley de la economía se expresa espontáneamente en civilizaciones más avanzadas.

No hay una escuela que la enseñe, pues su aprendizaje brota naturalmente cuando se reconoce que la vida debe estar completamente entregada a la Fuente Única.


Ley de la armonía

Hace emerger en el consciente la sintonía con leyes y patrones superiores. Permite el florecimiento de la paz y de la comprensión. Por medio de la armonía se puede percibir que existe una sola meta, general y no fragmentada, para todos los seres.

Quien entrega el libre albedrío a la voluntad del espíritu se vuelve apto para pautar su vida según la ley de la armonía, ley que se hace presente inclusive en momentos de embates. En mundos más avanzados que la Tierra, la armonía es un principio activo, una frecuencia vibratoria elevada que los envuelve por completo. En ellos, toda la creación compone un sistema de armonía, base de su equilibrio en el cosmos. La armonía es omnipresente en las razas superiores, por ser reflejo puro de aquello que todas las partículas creadas traen en su interior.

La armonía emerge de los actos simples, realizados por amor a la evolución. Siempre que se realiza algo sin intenciones personales, sin imponer la propia voluntad, sin conflictos que se inmiscuyan en esta realización, la armonía se revela.


Ley del Amor

Rige este sistema solar y esta galaxia en toda su infinita extensión. De ella derivan otras leyes cósmicas, como las que gobiernan los sistemas solares y los planetas. Sin ella no podrían aplicarse las demás. Está en vigencia en todos los niveles y en todas las escalas evolutivas de este universo.

Esta ley actúa permanentemente en el cosmos, atrayéndolo hacia su destino superior.

Alimenta la chispa divina en todas las partículas y revela, en lo intimo de cada ser, su vinculo con la Fuente Única.

La ley del amor-revelación permite que en el momento exacto surjan vislumbres que iluminan el Camino, trayendo la certeza de la dirección a seguir y el impulso para vencer obstáculos.

Participa de la formación del cuerpo de luz y su desarrollo, a pesar de aplicarse también en niveles de existencia propios de otros cuerpos del ser. Estimula la integración de la consciencia a las esferas sutiles y la encamina hacia la unión cósmica.


Despierta potenciales magnéticos, hace emerger la comprensión de la realidad que subyace a los hechos exteriores y afirma el destino trascendente de la vida. Capacita al ser para expresar la energía correcta para cada momento y lo lleva a trascender las apariencias. Se llega a ella por medio de la fe.





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